Por Arnoldo Ramírez de los Reyes
Todos tenemos un libro que llora por nuestro olvido
cuántas veces nos dio placeres, el mío ya se deshoja
y hasta ha cambiado de vida , el tiempo no le perdona
lo mucho que ya ha enseñado.
Cuando lo tomo en mis manos parece quejarse y decir
no me muevas, ya dí todo.
Es tan humilde en su ser que teniendo tanto que dar
sufre su sabia en silencios.
La otra vez lo llevé y al ser mirardo por fuera
quisieron engargolarlo.
Otros que no le valoran intentan dejarlo en su sitio;
guardado y muy empolvado.
En otras veces por viejo le dejan en la basura
o le dicen al vecino si quieren darlo por ahí.
Bienvenidos microships y mi gran computadora
Rip a este libro tan viejo que nos regaló en sus hojas
cual un árbol ofreció sus frutos.
Está tan viejo mi libro que si algo dijera
de el muchos quejumbros salieran
y de aquellos colores tan vivos
solo quedan huellas viejas...
hasta ha cambiado de color.
Cuántas manos amorosas hurgaron en sus hojuelas
cual lo hiciera un sembrador,
esas manos ya se fueron,
pero tus hojas están
esperando ser tocadas.
Pocas manos ya te esculcan, prefieren el disco duro
y no se cuántos muchos rams,
mencionan Windows, Pentium y chips
y prefieren al internet, pues más fácil es, jugar con el ratón.
¡ya pocos se asoman a verte y prefieren el audiolibro.
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