El Bitachi/ Hermosillo.- Con el objetivo principal de eliminar el riesgo de introducir depredadores u organismos no deseados, el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), trabaja en un proyecto con el que ha logrado contar con cultivos controlados de copépodos, libres de patógenos, para ser utilizados como alimento en la larvicultura.
La Maestra en Ciencias, Ana Carmela Puello Cruz, investigadora de la Unidad Regional en Mazatlán, Sinaloa, explicó que al incluirse esta opción como alimento en dosis mínimas o únicas en larvas de diversas especies, se incrementa notoriamente su supervivencia y crecimiento.
Para el desarrollo de esta tecnología de cultivo señaló, en CIAD se consideraron las características y comportamiento alimenticio de las larvas de botete diana, pargo lunarejo y camarón blanco, especies con las que se han obtenido buenos resultados.
Detalló que los copépodos son el alimento natural de larvas marinas tanto de crustáceos como de peces , pero al colectarlos directamente de su hábitat vienen acompañados de organismos no deseados que pueden representar un riesgo al cultivo larvario. La práctica rutinaria de los larvicultores incluye el suministro de rotíferos y Artemia, sin embargo no son nutricionalmente adecuados y deben ser enriquecidos generalmente.
En cambio dijo, los copépodos presentan altos niveles de ácidos grasos esenciales y antioxidantes naturales, lo que los hace altamente energéticos y de fácil digestión para las primeras etapas larvales.
Puello Cruz mencionó que en la búsqueda de alternativas de alimento vivo que pueda cultivarse de manera sencilla, esta opción es la ideal porque toleran el manejo, tienen un ciclo de vida corto, tienen elevada fecundidad y alta supervivencia.
La investigadora destacó que CIAD es de los pocos lugares que tienen la cepa pura desde el año 2 mil, tiempo en el que se ha desarrollado el cultivo, en colaboración con la Bióloga Blanca González-Rodríguez. Pero hasta este año se logró producirlo a nivel piloto en tanques de 7 mil litros, para consumo de un sistema, también piloto, de 16 tanques de 3 mil litros con larvas de pargo flamenco desde huevos hasta destete, es decir cuando comienzan a alimentarse con dietas balanceadas .
Finalmente los beneficios comprobados de incluir copépodos junto con el alimento vivo convencional en larvicultura, debería ser considerado por las empresas para mejorar la supervivencia y crecimiento y dejar de considerarlos como un "delicatessen".
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