El Año que se va y el año que viene
Por: Prof. Gerardo Castro Ruiz.
El Bitachi/ Navojoa.- En breve sólo quedará el recuerdo del 2011. Mientras tanto festejamos su final y damos la bienvenida al 2012.
Esto que se ha venido celebrando a través de muchos años, con distintos estilos y a partir de diversas fechas en los diferentes países. Esta mezcla común de tradiciones, costumbres, mitos y creencias, nos invita a la nostalgia, a la paz, a la felicidad, al amor, a la unidad, a la hermandad y a la reflexión.
¿Por cuál o por cuántos de esos estados de ánimo estamos y seguiremos pasando durante estas fechas?
No lo sé, eso depende de los momentos buenos o malos que hayamos vivido, de lo que hayamos hecho, de lo que hayamos dejado de hacer, de lo que nos falte por hacer, como también de los éxitos obtenidos y fracasos sufridos hasta la fecha.
Cierto, nuestra evaluación debe ser permanente y el punto de referencia para ello puede ser cualquier día del año, sin embargo, la mayoría obtenemos nuestro balance de un recuento sobre el año que termina.
También es común trazar nuestros propósitos en los diversos ámbitos para el año que comienza, los cuales pueden tener plazos de días, semanas o meses para su alcance. Hoy, a finales de este 2011 no será la excepción, pero al final, a punto de transcurrir los 366 días del 2012, con el favor de Dios estaremos haciéndonos de nuevo, la cíclica pero responsable evaluación, para continuar así construyendo nuestra existencia.
Permítanme decirles, que en la que yo he ido construyendo, ustedes son una parte muy significativa. Aún cuando muchos de ustedes y un servidor no nos conocemos personalmente, hemos tendido un puente de comunicación muy importante a través de este y otros medios, el cual deseo conservar y engrandecerlo durante los años venideros. Es por eso que uno de mis grandes deseos es que me den su venia para continuar fortaleciendo nuestra amistad a través del diálogo frecuente sobre temas comunes, no sin antes agradecerles infinitamente sus lecturas, sus comentarios, sus correos, sus mensajes, sus llamadas y nuestros encuentros, lo cual ha estrechado cada vez más nuestro afecto.
Desde luego que lo anterior no es posible sin contar con las condiciones óptimas que requiere todo hombre o mujer. Por ello, reciban mis mejores vibras para que el 2012 represente para ustedes y sus familias un año pletórico de salud, amor y felicidad, además de que sus propósitos se cumplan a cabalidad.
Son muchos y diversos los aspectos personales, familiares, sociales y gremiales sobre los cuales podemos reflexionar. Las particularidades de nuestros propósitos sin duda harán nuestras diferencias, sin embargo espero que en las generalidades encontremos nuestras coincidencias.
Una de las generalidades sin duda para el magisterio nacional es el tema de la educación y el papel que desempeña el SNTE. Por eso, aunque no dependa de mi propósito individual sino de la conjugación individual en la responsabilidad colectiva, van mis deseos en este aspecto:
Deseo que se fortalezca el espíritu del Artículo 3° constitucional, por una educación gratuita, obligatoria, laica y democrática.
Deseo que la educación sea una política de estado, que trascienda los programas e intereses sexenales.
Deseo que intensifiquemos nuestra lucha por privilegiar a la educación pública sobre la privada.
Deseo que diseñemos la estrategia para contrarrestar la nefasta campaña de los intereses privatizadores contra la trascendental tarea que realizan nuestros compañeros con las generaciones del futuro, para combatir a aquellos que minimizan nuestros esfuerzos diarios y los resultados en la labor educativa, a pesar del deficiente presupuesto que los gobiernos destinan a la educación para cubrir las necesidades y abatir los rezagos.
Deseo un Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación cada vez más poderoso, más democrático, más unido, más transparente, más incluyente, más tolerante, más respetuoso de la pluralidad y sólido por su carácter unitario, que exija y pugne por una educación pública y de calidad sin menoscabo de las conquistas e intereses de sus trabajadores.
Deseo un SNTE que motive y apoye a los trabajadores de la educación en la participación política independientemente de las preferencias ideológicas y que logremos los escaños de representación popular necesarios para incidir en la defensa y engrandecimiento de nuestra materia de trabajo, así como de la esencia del sindicalismo en México.
Deseo un SNTE más exigente e influyente para que los gobiernos destinen el 8% del producto interno bruto (PIB) en el presupuesto educativo, considerado como el recurso suficiente para cubrir las necesidades, abatir los rezagos y mejorar las condiciones de vida de los trabajadores de la educación.
Deseo dirigentes más identificados y cercanos a sus representados, unidos por la participación horizontal en las tareas sindicales y la información permanente.
Deseo que en Sonora, el 2011 no pase a la historia por la ausencia de la negociación salarial local correspondiente.
Pero desear esto y muchísimas otras cosas más que se quedan en el tintero, es fácil y cómodo. No basta con desearlo o quererlo. Los deseos deben ser acompañados de acciones sistemáticas para lograrlos. Y como dije antes, las coincidencias individuales, las de representantes y representados deben correlacionarse en una sola voluntad para empujar juntos y parejo como gremio. Yo prometo poner mi granito de arena y sé que cada uno de ustedes hará lo propio.
¡Feliz año 2012 compañeras y compañeros!
* El autor actualmente funge como Secretario de Proyecciones Salariales del Comité Ejecutivo de la Sección 28 del SNTE.
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